Saturday, October 3, 2015

Un día afortunado (Ikoma)

Cuando Etsu me comentó del plan para subir algunas de las montañas que rodean a la prefectura de Osaka no dudé en participar. Y esa sí que fue una gran decisión.
El primero de los que parece serán unos cuantos circuitos que haremos en los próximos tiempos con este grupo de amigos fue Ikoma. En realidad el punto de partida fue el sur de esta localidad, ubicada entre los limites de Osaka y Nara.
A pocos minutos de comenzar a subir ya podíamos respirar el aire fresco y olvidarnos del hormigón ante las plantaciones de arroz. Las numerosas aves que habitan esta zona contribuyeron también para que el sentido sensorial no quede afuera del agasajo.
Durante todo el trayecto sentí que a medida que iba avanzando hacia la cima -y contra las leyes del cansancio -, mi mochila se hacía cada vez más liviana. Ciertamente, desde la cima de la montaña hasta el Abeno Harukas, el edificio más alto de Japón, se ve diminuto. Tan pequeño como los problemas que nos asedian cada día, que de cerca parecen enormes, como si nos fuesen a devorar.
No llegamos a la hora de caminata y ya habíamos arribado a nuestro (inesperado) destino como comensales. Etsu se la pasó diciendo que ibamos a hacer la ruta de "Sri Lanka", y honestamente me  sorpendía que haya tal referencia al país asiático en una pequeña montaña de la región de Kansai en Japón. Aparentemente no solamente a mí, sino a cada miembro del grupo le pasaba lo mismo por la mente. A la pareja de Vietnam, al muchacho de China, a nuestro otro amigo japonés, Masa, pero en especial a Tania, una chica originaria justamente de Sri Lanka.
Entre muchas de las tantas otras cosas que constantemente mencionaba Etsu, que es de buen hablar, era que en esa ruta había un restaurante muy famoso al que mucha gente acudía desde Nara, Osaka y otras localidades más remotas exclusivamente para deleitarse con sus exquisitos platos.
"Lucky Garden" señalaba un cartel en una de las bifurcaciones del camino. El día estaba completamente despejado, y después de unos cuantos días de lluvia, realmente nos sentíamos con suerte y es por eso que decidimos ir a ver de que se trataba. Lo primero que encontramos fue una estantería con vegetales orgánicos de una granja cercana. El sistema era de "autoservicio", es decir tomar el producto que se desea y poner una moneda en una cajita. Una práctica que lamentablemente no podría subsistir en la mayoría de las ciudades.
Caminamos unos metros más para acabar con el misterio y encontranos con el "Lucky Garden", que terminó siendo el famoso restaurante del que tanto hablaba Etsu, y además un especialista en comida de Sri Lanka. De ahí la confusión de nuestro amigo por llamar a esta ruta con ese mismo nombre. Al comprender esto, todos comenzamos a reír y a cargarlo.
En seguida no dudé en decirle a Tania, la chica oriunda de ese mismo país: "Andá y conseguí un descuento!". Todo el grupo rió y festejo el chiste pero, yo no estaba bromeando.
Al ingresar al recinto y ver que los precios de los platos estaban tan altos como su ubicación, volví a dirigirme a la muchacha de la ex-colonia británica, y con un tono un poco más grave y pausado le repetí una vez más la consigna. Esta vez nadie rió, todos asentaron con la cabeza.
Apenas le dijimos al mesero que había una chica de la ex-Ceilán, el chef principal, con su asistente y un amigo del dueño se acercaron y comenzaron a platicar en su idioma nativo (cingalés). En resúmen, comimos unos de los platos más deliciosos de comida asiática internacional que se pueden encontrar en Japón, con una vista privilegiada, postre y un típico té de Sri Lanka incluido por 640 yenes (unos 5 dólares), algo que en la lista de precios del menú figuraba como 2200 yenes. Disfrutamos de un almuerzo muy ameno, tan entretenido que de las 3 horas que habían transcurrido desde nuestro punto de partida, dos horas las habiamos pasamos en este restaurante. Antes de irnos saludamos una vez más al chef (el señor Susantha), agradeciendo sinceramente por su amabilidad. Y como si todo fuera poco, recibimos unos saquitos de té y canela como recuerdos desde su tierra. Será cuestión de visitarla. la gastronomía y la simpatía de la gente dejó una muy buena impresión en nosotros.
Continuamos con la caminata en subida, y nos encontramos con otras cafeterias, y restaurantes con vistas espectaculares desde la montaña. Parece que en estos días está de moda hacer un restaurante o una confitería en un lugar rural y promocionarlo a través de las tantas páginas gastronómicas que hay en internet, o las numerosas aplicaciones de los smartphone.
Luego de un largo trecho finalmente llegamos a "Boku no hiroba", el nombre que se le da a uno de los observatorios de la cima de la montaña. La vista panorámica es tan difícil describirla que al llegar todos exclamamos al unísono "Guuauu!". Toda la ciudad de Nara, Osaka, y hasta el puente de Akashi casi hasta la isla de Shodoshima se pueden ver en un día despejado y afortunado como el de hoy. Nos quedamos un tiempo largo ahí, mirando, meditando, cada uno en la suya.
En el camino de regreso otra vez tuvimos que decidir qué dirección tomar. El que más conocía era Etsu, pero esta oportunidad él tampoco sabía bien qué ruta era mejor. Por eso - y casi como por innercia - nos dirijimos hacia el camino que en definitiva nos regalaría una vista aún mejor que la del observatorio. El sol estaba cayendo, y la luz se hacía cada vez más rojiza, el aura de la estrella que nos ilumina se expandía por toda la superficie.
Ya cuando el reflejo de la luz casi moría, decidimos descender rapidamente para llegar a la base antes de que oscurezca. Pero habría tiempo para la última aventura. Indudablemente nos encontrabamos mucho más lejos de lo que pensábamos, y por eso la oscuridad llegó a mitad de camino. No estabamos preparados para eso, por eso encendimos las luces de emergencia de los celulares, y con eso simulamos una linterna mientras bajabamos por el camino pedregoso. Fueron pocos minutos pero de mucha tensión, agregando un gusto más a todo lo que vivimos en este paseo por Ikoma. Las luces de la ciudad comenzaron a acercarse, y eso marcó el final de nuestra travesía.
Subimos al tren para emprender la vuelta a casa, y los rostros de la muchedumbre nos indicaron algo más: habíamos regresado a la "realidad". Aunque, a decir verdad, desde lo más alto de la montaña se ve mejor.

Wednesday, March 18, 2015

J-Pop y la movida musical en Japón (parte I)

En muchos aspectos Japón es "otro mundo", y la música no escapa a la particularidad con la que esta cultura percibe al arte y la cultura en general.
No soy director de orquesta ni mucho menos, pero a modo de gusto personal y basado en mis modestas habilidades musicales en general, me gustaría presentarles y analizar a algunos de los tantos artistas japoneses que hacen de esta disciplina una de las más variadas y complejas que existen.
Por empezar hay que decir que lo que más me sorprendió al llegar a este país es la cantidad de músicos/bandas que hay. Cada semana, cada mes, cada tiempo que pasa sigo descubriendo nuevos artistas, y el ambiente "underground" es tan profundo que sería casi imposible excavarlo por completo.
Para los que no están familiarizados con el término, J-Pop es la abreviación de "Japanese Pop", en referencia al género musical que comenzó en los años 90.

Aquí va un listado, ordenado aleatoriamente y sin ninguna preferencia en especial.

SEKAI NO OWARI
Literalmente, "El fin del mundo", es una de las bandas que más escucho estos días. Las estrofas son un poco difíciles de digerir quizas para los que los escuchan por primera vez, pero los estribillos son siempre gancheros y las letras contienen mucha poesía, magia, y fantasía. Esa "Fantasía" es la que ellos intentan transmitir en los conciertos que siempre dan a estadio repleto.
El cantante tiene un tono particular de voz, y su estilo está bien definido. Por momentos siento que abusa un poco del Voxcoder (el efecto que hace parecer la voz robotizada), pero en lineas generales es correcto con la afinación, y por sobretodo sabe crear bien su personalidad arriba del escenario.
El guitarrista es el que compone todos los arreglos de cuerdas y baterias, y ejecuta a la perfección su intstrumento. Aquí se aplicaría el famoso "el que sabe, sabe".
La pianista es excelente también, y el payaso (DJ love) es el que le da la onda un poco loca a la banda.
Nunca me lo habían dicho en Argentina, ni en niguno de los otros países que he viajado, pero en Japón me han hecho referencia de mi voz "aguda", y al escuchar a los japoneses hablar es cierto que la mayoría tiene la voz mucho más grave de lo que podría haber imaginado. De todos modos, cuando escucho a los cantantes -especialmente de J-pop -, pareciera ser que el público los prefiere con voz aguda, o voz chillona. Como el caso de Fukase, cantante de Sekai no owari.
Acá les dejo tres canciones. Aunque hicieron su debut recién en 2010, tienen muchos temas buenos.

Algo que debo mencionar antes de continuar, y que cualquiera que haya deslizado sus oidos un poco hacia bandas niponas ya lo debe saber bien, es el problema de los cantantes japoneses en general para afinar. No sé si proviene desde tiempos remotos en donde los instrumentos tenían una afinación disimilar a la occidental (como el ejemplo de la sitara, en India), o influencia de la música clásica de la corte imperial (Gagaku) donde los instrumentos de viento suenan 1/4 de tono movido, pero lo cierto es que nadie pareciera quejarse de esta cuestión.
Para citar algunos -y solamente algunos- ejemplos, pueden escuchar a los siguientes:





Otro caso similar, pero no tan notorio, es el del cantante de Mr.Children. Una de las bandas más importantes y que más discos ha vendido en la escena J-Pop. La composición de estos excelentes músicos está fuertemente influenciada por los Beatles, y casi diría que la gran mayoría de los compositores de Rock/pop japoneses comparten esa característica.



La voz femenina que siempre me llamó la atención por su nitidez, calidez, y dulzura es Sakamoto Maaya. Sus canciones son de por sí pegadizas, pero sin ella cantandolas sería algo totalmente distinto. Para los que no conocen a la cantante australiana Natalie Imbruglia, se las recomiendo, y para los que sí la conocen sabrán coincidir que Sakamoto Maaya es su versión asiática. Lamentablemente, y por temas de derechos de autor, es casi imposible encontrar sus videos en Youtube o bajarse algunas de sus canciones. De hecho ese sea tal vez uno de los motivos por los cuales Japón es uno de los mercados más ventajosos para la industrias de la música y cinematografía. Es prácticamente imposible conseguir videos, Cds, o hasta Software copiados o pirateados. La gente aquí sigue comprando CD's originales,  o sino los bajan de las paginas oficiales abonando la tarifa correspondiente. Todos, y me incluyo, tienen en sus computadoras las versiones originales de Micrsoft Windows... En mis 29 años de residencia en Argentina, nunca conocí a alguien que tuviera el CD original de Windows.

Volviendo a Sakamoto, me extraña que no sea más famosa. Mucha gente a la que se la nombro, no la conoce, y eso me da pena, más que nada sabiendo que cantantes con tan buena afinación justamente no es lo que sobra aquí.




Si hay alguien que le puede quitar el primer puesto a Sakamoto Maaya es Superfly. Pero esta comparación sería muy injusta porque los estilos son muy diferentes. La cantante de Superfly es rockera, pero cuando canta baladas sabe bajar un cambio. Su fuerza es brutal, y -sin exagerar- he escuchado pocas cantantes con tanto empuje y poder en las cuerdas vocales. Si se la escucha por largo rato pareciera que uno ya sabe lo que va a venir y su timbre en las notas agudas puede que cansen, pero es una voz totalmente atípica en Japón ( y me animo a decir en Asia!), asemejandose más a las cantantes negras del mejor blues de Chicago.




La voz masculina que más me gusta es, sin dudas, la de Kuwata Keisuke, músico solista y también líder de la legendaria banda Southern All Stars. El Tom Jones japonés, con casi 60 años la sigue rompiendo y, a diferencia de sus pares, cuando escribe letras lo hace bien filoso. Sexo, política, o temas sociales siempre lo llevan al foro de la controversia. En un país donde la discusión sobre temas que requieren un mínimo de compromiso social son evadidos para no confrontar, poner en un video a los presidentes de China, Japón y Corea del Sur como caricaturas es -de algún modo- sobrepasar los límites por estas tierras.










Si a algunos por ahi les parece que a Japón le sobra Pop y le falta Rock, se equivoca. Las bandas que sigo descubriendo a medida que pasa el tiempo son innumerables, pero para darles un panorama de la versatilidad y calidad de algunas bandas Heavy Metal les paso estos dos monstruos del metal- Eso sí, suban un poco el volúmen para mejor impacto!


Ahora bien, si llegaron hasta aquí y escucharon todos los temas que propuse a traves de los links, les dejo como regalo a una de las más hermosas voces que estos oidos hayan escuchado.

Mi primero contacto son su música fue hace más de 15 años...Durante mis clases de japonés en el Instituto Lenguas Vivas, una compañera que ya había venído a Japón en una oportunidad me ofreció un cassette (sí, un cassette!) para poder conocer un poco de la música pop nipona. Lo que ella nunca hubiera imaginado es que al final de esa cinta se encontraban una grabación de un tema clásico Enka (estilo iniciado en el siglo XIX), interpretado por Nagayama Yoko. Esta forma de composición con melodías simples, mezclando instrumentos tradicionales asiáticos con guitarras electrícas, y con un sentimiento profundo en las voces me cautivó y me enamoró-aún más- de la cultura japonesa. Sin dudas, la canción que les presento a continuación fue una motivación importante de mi esfuerzo y persistencia en el estudio del idioma japonés.


Sunday, May 4, 2014

Regiones del Té (Wazuka y Uji)

Ya desde que subimos al tren rumbo a Kamo, Maxi sacó el termo y el mate ( o mate-cha, "te de mate" como le dicen aquí), y comenzamos un día practicamente dedicado a las infusiones.
Wazuka es el paisaje que nace de una profesión heredada desde los antepasados. Las pendientes de las montañas allanadas con rastrillos, y la cultivación de las plantas de té son justamente esa labor que se ha conservado diligentemente a traves de los años.

Este pequeño pueblo, perdido en medio del camino entre Nara y Kyoto, se ubica en una región privilegiada para la cultivación de té. Especialmente por su aire fresco y sus variantes termicas diurnas y nocturnas. De hecho, el famoso Matcha (té verde molido que se utiliza en la ceremonia del té) se prepara con un polvo llamado 'tencha'. Éste lleva un complejo proceso donde las hojas se cocinan al vapor y luego se dejan secar, quedando rico en aroma y nutrientes. Sabiendo que Wazuka es la región que más tencha produce en todo Japón, nos dirijimos a uno de los cafés cercanos a la ruta donde ofrecian distintos productos relacionados con la infusión más consumida del mundo. Según datos de la organizaciòn mundial de la salud, China es -por lejos- el país con mayor producción de té en el mundo seguido por India y Kenia. Sorprendentemente, Argentina se encuentra en el puesto 9, uno más que Japón.

Al arribar, lo primero que hicimos fue cruzar el famoso Ujibashi, construido en el año 646 y considerado el puente más antiguo de todo Japón. También pasamos por el monumento a Genji monogatari ("la novela de Genji", conocida por ser una de las novelas más antiguas de la historia mundial), pues los últimos diez capitulos de esta voluminosa obra se desarrollan en esta ciudad.
En tiempos antiguos Uji fue la cocina que proveía de té a emperadores, señores feudales y aristocráticos en general. Por entonces, la exclusiva infusión estaba cuidadosamente seleccionada y distribuida a casi todo el pais pero especialmente a Kyoto, donde se encontraban los personajes más poderosos. Aunque los tiempos cambiaron, y el té se volvió tan popular como el arroz, Uji sigue siendo uno de los centros más importantes de producción de hojas de té.

Pero si de Uji y monumentos a la vez se habla, tenemos que nombrar al templo Byodo-in, construido originalmente a fines del siglo X para un infulyente miembro del clan Fujiwara, y actualmente inscripto en la extensa lista que Japón tiene de patrimonios mundiales. Tan importante es historica y culturalmente este templo que su figura esta grabada en el reverso de la moneda de 10 yenes, y la imagen del Fénix que lo corona está imprenta en el billete de 10 mil yenes.
No, no nos olvidamos del té. En el camino muchas tiendas vendían y promocionaban sus productos locales. El aroma de uno especialmente nos llamó la atención, y después de deleitarnos con el sabroso hoji-cha (té tostado), decidí comprar un paquete para seguir disfrutando en casa.
Cruzamos otro de los antiguos puentes que atraviesan el río homómino y mientras el sol se escondía nosotros contemplabamos la pagoda que se levantaba del otro lado. Parecía que esto ya indicaba el final de nuestro paseo, pero iba a haber tiempo para más: Un helado de té verde (Matcha), antes de partir de Uji, y un exquisito Sushi al llegar a Osaka. Ahora sí, más de eso no se puede pedir!